Tras varias semanas inmersos en la naturaleza de Tasmania, volver un poco a la vida citadina, no sienta nada mal. Llegamos de nuevo a casa de María, en Melbourne, donde además de descansar y organizar el resto del viaje por Australia, fuimos con nuestro amigo Ilkay. a un verdadero pic-nic en la playa al estilo australiano, con ensalada, pollo, fruta, vino y hasta copas de cristal, todo un lujo.

Pic-nic en una playa de la Península Mornington

Uno de los recorridos con mas reclamo turístico en el estado de Victoria, es el llamado ” Great Ocean Road”. Los casi 250 km de carretera junto a la costa que se recorren, están considerados como una de las conducciones más escénicas del mundo, gracias a los hermosos acantilados, salvajes y solitarias playas y como no, los protagonistas del lugar,” Los doce apóstoles”; que son enormes rocas, que se han formado por la erosión de las piedras calizas de los acantilados.

Vistas desde «Great Ocean Road»

Los paisajes de la zona son impresionantes, pero personalmente me quedo con la vida salvaje y esta vez las estrellas del lugar fueron los Koalas,  quienes abundan por la zona y donde es muy fácil encontrarlos dormitando en las ramas de los árboles. Su actividad es mínima, lo que los hace los mejores modelos para ser fotografiados. Los más entendidos dicen que su vida inactiva es debido a su dieta baja en calorías de hojas de eucalipto, mientras los más atrevidos aseguran que las hojas que consumen tienen elementos alucinógenos, y que más que dormidos se encuentran medio drogados, la verdad le creo más a los expertos.

Koala dormitando en una rama de eucalipto

Los pronósticos del tiempo desde el momento que dejamos Melbourne no eran los mejores, y una nube negra nos acompañó desde que salimos de la ciudad hasta que dejamos la zona costera.

Hermosas playas con cielos grises

Dejando atrás las playas nos dirigimos al parque Nacional “Grampians”, cuya diversidad de flora y fauna es evidente, señales avisando la presencia de canguros y wombats, se encuentran por doquier. Las caminatas en el parque son tan complicados o tan fáciles como se quieran hacer, nosotros hicimos un par de cada estilo, para hacernos una idea de la majestuosidad, del lugar. Y celebramos en la altura, la mitad del viaje, los 202 días que llevamos fuera de casa y los que nos quedan para volver.

Señales de presencia de vida salvaje por las carreteras

El camino a Sydney lo empezamos recorriendo Gippsland, que se encuentra en el lado opuesto al ” Great Ocean Road”, los parques naturales abundan, así como la vida salvaje y el buen tiempo. Personalmente el parque Nacional “Wilson Promontory”, es de los más bonitos que he visto en el estado de Victoria, las playas son espectaculares, y raras, como la llamada Squeaky, debido a que la arena emitae un sonido cuando se camina sobre ella, pero que mas adelante nos encontramos con que no es la única. Los servicios prestados en las áreas de descanso son inmejorables, baños con duchas de agua caliente y super limpios; hemos usado en varias ocasiones las barbacoas eléctricas, que además de ser gratuitas las mantienen en muy buen estado y son muy usadas por locales y viajeros.

Playa del parque Nacional «Wilson Promontory»

Viajar por Australia es bastante caro, pero no imposible: Para poder acceder a la mayoría de lugares y gracias a la buena experiencia de Tasmania, volvimos a alquilar una autocaravana, esta vez un poco mas lujosa, ya que además de ser un vehiculo automático, tenemos una mini pantalla y un par de DVDs para entretenernos y lo mas importante, una nevera, con lo cual, nuestras cenas han dejado de ser comida de supervivencia para ser de disfrute. Muchas noches, nos deleitamos con carne de canguro y vino tinto, todo un placer para el paladar y sin afectar tanto nuestro bolsillo.

Centro de Melbourne

Emu, en Tower Hill