Trece meses de viaje, no nos han quitado las ganas de seguir moviéndonos por el mundo, y por eso después de las copiosas comidas y cenas navideñas, nos pusimos en ruta de nuevo. Debido a los pocos días libres que teníamos, decidimos no irnos tan lejos. El recorrido tuvo su origen en Sevilla y su final en una de la isla Canaria, Fuerteventura, pasando por Marruecos.

Catedral de Sevilla

Hasta Sevilla llegamos en ave, en  poco más de tres horas. El cambio entre los dos extremos del país es increíble, el centro de la ciudad estaba abarrotado, las terrazas de los bares y restaurantes estaban animadísimos con comensales que disfrutaban de la buena comida y el magnífico tiempo.  Allí pasamos un par de días gastronómicos con varios de nuestros amigos, que habían tenido la misma idea de disfrutar unas cortas vacaciones.

Nacimiento del Rio Tinto en Nerva

Para cambiar de aires, tomamos un bus rumbo a Riotinto en Huelva, y echar una ojeadita al extraño río que debe su nombre al intenso color rojizo.  También paseamos por  el antiguo barrio victoriano, donde vivían las familias británicas de los dirigentes de la Riotinto Company Limted, que se encargaba de la explotación minera.  Recorrer tanto las canteras, como la rivera del río no es sencillo, simplemente porque no hay infraestructura,  lo que ofrecen es un tour en un tren y la visita al nacimiento del río, por una suma bastante elevada. Nosotros preferimos hacerlo a nuestro modo, andando y conociendo gente que amablemente nos llevó en sus vehículos de un lado a otro. No solo vimos la mayor cantera a cielo abierto de España, si impresionantes vistas desde lo alto del cerro Castrejón.

Vista de cultivos de naranjas, Nerva

Cualquier isla de Canarias es un buen destino para el frío invierno, allí la primavera es constante, quien nos iba a decir que estaríamos a principios de Enero, en pantalón corto y chancletas, comiendo pescadito fresco junto al mar.

Fuerteventura

Fuerteventura es la segunda isla más extensa del archipiélago, también la más desértica; volcanes dormidos se encuentran por doquier junto a planicies sin apenas vegetación, también es posible encontrarse enormes dunas y playas largas, algunas desiertas y otras llenas de aficionados a los deportes acuáticos, como el windsurf o el kitesurf, gracias a los fuertes vientos.

Pueblecito de pescadores, Fuerteventura

Los días los pasamos de pueblo en pueblo, algunos con más encanto y otros totalmente turísticos, donde los carteles y menús en los restaurantes esta en todos los idiomas, menos español. Entre los pueblecitos con más atractivo esta Betancuria, pese a que todas las construcciones antiguas se encuentran dirigidas; al turismo fundada en 1404, fue la capital en su momento.

Nos recomendaron comer bafio o cabrito majorero, pero debido a las buena temperatura, siempre nos decidimos por comer en la costa, y por lo tanto pescado, eso sí compramos queso local, que no tiene desperdicio.