Un corto recorrido por Ecuador
Entrar a Ecuador costo tanto tiempo como salir. Pasamos por inmigración después de media noche, corriendo para evitar que el bus nos dejara en medio de la nada a esa hora. Uno de los tantos factores que diferencia un país de otro, son sus autobuses, y en este país son muy significativos, las luces y la música a todo volumen son una constante, y lo mas curioso es que nadie se queja. Nuestro primer destino fue la hermosa ciudad de Cuenca.
Una vez mas nos alojamos en casa de una encantadora familia: ellos nos mostraron lo mas representativo de la ciudad y de la zona, comimos en el mercado el deliciosísimo Hornado, que es carne de cerdo con choclo y ensalada, bebimos morocho, parecido al tojori de Bolivia, bebida de maíz caliente, una delicia, también nos llevaron a los miradores de la ciudad, al Parque Nacional Cajas, y a los pueblecitos aledaños como Gualaceo y Chordeleg, este último muy conocido por la cantidad de joyerías que se encuentran en el.Fueron días bastante familiares, cocinando, charlando y haciendo un poco de vida cotidiana.
En el centro de Cuenca se encuentran museos, antiguas iglesias, calles adoquinadas y ejemplos de casas de la época republicana. Las ruinas de Pumapungo, son el mejor ejemplo de la presencia Inca en la zona, se cree que en el lugar se construyeron templos y palacios, convirtiéndolo en centro político y religioso, de gran importancia. Los restos de Ingapirka son el sitio arqueológico Inca, mas importante de Ecuador, construidos sobre una antigua ciudadela Cañari; su principal objetivo era la adoración del sol, aunque hay claras evidencias de áreas ceremoniales, un cementerio y algunas viviendas; el enclave en el que se encuentra es precioso, entre los cerros de los Andes y una zona netamente agrícola e indígena.
Aunque Guayaquil no estaba en nuestros planes iniciales, pasamos unos calurosos días visitando a mi adorada amiga Verónica y su familia. Paseamos por el malecón, casi derritiéndonos y por el parque histórico, donde por primera vez en mi vida vi el extraño mamífero llamado tapir y otras aves enormes.
Para la festividad de independencia del país, nos dirigimos a Baños, una ciudad bendecida por su clima y paisajes, además de ser considerada una de las ciudades mas turísticas de Ecuador, y más aún en las vacaciones y puentes; razón por la cual no fue nada fácil encontrar alojamiento y los precios estaban elevadísimos. Infinidad de actividades se pueden realizar en la zona, nosotros decidimos ir en bicicleta por la ruta de las cascadas y disfrutamos de los arriesgados turistas que se lanzaban a hacer Canopy o puenting.
A Missahuali, fuimos gracias a diferentes recomendaciones, queríamos tener una experiencia en la selva por cortita que fuera, ya que a estas alturas del viaje el tiempo iba en nuestra contra. Lastimosamente los pocos días que pasamos en la región amazónica, no ceso de llover, pero aún así las caminatas y paseos por el río, las disfrutamos muchísimo.
El centro de la capital ecuatoriana, tiene mas de un centenar de edificios históricos de gran importancia. Entre los que mas me gustaron fueron las Iglesias de la Compañía de Jesús, La Merced, San 1francisco y el Palacio de Carondelet, actual sede de la presidencia, donde se encuentran los regalos ofrecidos al presidente Correa, quien considera que dichos presentes son patrimonio del pueblo ecuatoriano.
El último destino del país, fue Otavalo, muy visitado por sus artesanías y el colorido de sus mercados, es uno de las pocas ciudades donde los indígenas se encuentran por doquier con sus trajes típicos, ellas con las faldas largas, blusas blancas y collares dorados, ellos con pantalones y camisas blancas, cabellos largos trenzados y alpargatas.
Aprovechamos la cercanía del Parque del Cóndor a la ciudad, para pasar un rato en la naturaleza; las vistas desde el parque son increíbles, se ven claramente la laguna Mojanda y los volcanes Imbabura y Cotacachi.
No solo cóndores se pueden apreciar, diferentes tipos de aves se encuentran protegidas en el centro, como aves rapaces, halcones o buhos.
Dejar Ecuador marcó definitivamente los últimos días de nuestro viaje, ya que llegar a Colombia, era mas que viajar, descansar y cerrar trece maravillosos meses por el mundo
Que pena no haber podido ver todo el pais con vosotros. Ya os espero. Besos