El primer día del mes de Agosto coincidió con el comienzo del Ramadán, mes santo dedicado al ayuno celebrado por los musulmanes; teníamos curiosidad por saber como nos afectaría, en cuanto a encontrar comida o transporte, ya que al finalizar un viaje hace un par de años nos vimos en medio de dicha festividad y las cosas no fueron mal pero no estábamos preparados, así que esta vez al menos quería saber la reglas del juego. La verdad es que no se ven establecimientos de comida cerrados y el flujo de transporte funciona con normalidad, así sea en las zonas turísticas como en las que no.

Ruinas-Anamurium

Luego de alojarnos en una pequeña pero limpia pensión en Anamuru, nos lanzamos a la aventura de recorrer los 17 km de ida y vuelta que separaban la ciudad, de las ruinas de Anamurium, nada mas ni nada menos que en bicicleta, el esfuerzo valió la pena  con creces, pese a que las estructuras están en muy mal estado, su dimensión y el enclave en la que se encuentran son asombrosas.
En dirección contraria de las ruinas a unos 4 km de Anamur, se encuentra el Castillo de Mamere, en un estado de conservación inmejorable y esta vez no usamos bicicleta si no transporte público y personal, ya que nos tocó echar dedo.

Castillo-Mamere

Moverse en Turkia es relativamente fácil hay autobuses a casi todos lados, funcionan bastante bien y en general son muy puntuales, además vale la pena añadir que los de largo recorrido son muy cómodos, con pantallas para ver películas, todas en turco, y ofrecen bebidas frescas, café, te y snacks. Y no puedo dejar de nombrar a los azafatos, impolutos, vestidos con corbatín, y sus zapatos de punta.

Tecnología turca en el bus

Por toda la costa fuimos viendo el cambio de la zona turística turca  a la europea y Side es un gran ejemplo; antiguamente debió de haber sido un pequeño pueblo de pescadores en medio  de las ruinas que se encuentran por doquier pero ahora está abarrotada de gente y de locales que te venden hasta lo que no necesitas, pero aún conserva algo de encanto.

Huyendo un poco del ruido y los tumultos nos fuimos a Olimpos, muy recomendado para mochileros por los precios y el entorno, que la verdad, es precioso. Los alojamientos, construidos de madera, evocando lo rústico, están en medio de las montañas a unos 15 minutos de la playa. La Quimera es uno de sus grandes atractivos, aunque llegar no lo es tanto y mas cuando se hace como nosotros lo hicimos, a pie durante poco mas de 2 horas recorriendo 7 km, y luego una empinada cuesta. Las llamas se encuentran en diferentes puntos de un área no más grande de un campo de fútbol y aunque la gente trate de apagarlas siempre queda una pequeña llamita que hace que se encienda de nuevo.

Cabañas en Olimpos

Nuestro último destino de playa fue Kas, un lugar de descanso y de tránsito para el interior del país. Siguiente destino Pamukale, que sería el lugar que nos marcaría nuestro punto de inflexión, a partir de ahí, iremos siempre al este.

Pasadas dos semanas y media de viaje, viendo y viviendo muchas cosas, empiezas a tener contacto con la gente que te vas encontrando por el camino, haciendo que las experiencias tengan nombre y apellido, lugar de residencia, vidas y visiones diferentes o algunas veces iguales a las tuyas; cada uno he enriquecido nuestra aventura a su manera además de que mi cuaderno ya tiene un par de hojas con direcciones electrónicas, teléfonos e invitaciones a sus casa, definitivamente la gente le da mucha vida a nuestra aventura.