Ultimos días en Irán
Llegar a Shiraz tras un largo pero interesante viaje desde Yazd, fue un respiro. La ciudad estaba llena de vida por donde se mirara. Las calles se encontraban atestadas de tiendas, con afanosos compradores, quienes aprovechaban sus últimos días de vacaciones; en los restaurantes, conseguir mesa era un lujo, pero lo más llamativo, fue ver un bazar abierto y con mucho movimiento.
Los mejores recuerdos que tengo de Shiraz, son la modesta en tamaño pero impresionante mezquita Nasir al-Mulk, construida a finales del siglo XIX; es llamativo el uso de cristales de colores en su interior. No puedo dejar de mencionar uno de los platos más deliciosos que comimos en el país, se llama Dizzi y lo probamos de pura casualidad, como suele ser con las cosas buenas de la vida; es una mezcla de papas, frijoles, cebollas, tomates y cordero, cocinados lentamente en envases pequeños de barro y servidos a la mesa con pan iraní, no tiene desperdicio, es una auténtica delicia.
Perdidos un poco de vuelta al hotel, encontramos la mezquita mas antigua de Shiraz o mas bien lo que queda de ella, Atigh Jame, construida en el 894, pero lo interesante es la extraña torreta, llamada Khodakhaneh, o casa de Dios; construida a mediados del siglo XIV, para preservar los Coranes de la época y según afirman tiene un gran parecido con la Meca.
El camino de vuelta a Tehran, lo hicimos en avión, aprovechando las buenas tarifas aéreas para tan larga distancia. Llegamos pasada la media noche y una vez y como despedida, nos alojamos en casa de un local, quien nos llenó de atenciones, como no puede ser de otra manera en este país. La ciudad me sorprendió gratamente, es muy ordenada y limpia, con muchos lugares que te hacen sentir que estas mas en cualquier ciudad europea que en oriente medio.
Jardines cuidadísimos, donde la gente pasea tranquilamente, museos de gran interés, mezquitas, bazares, buena comida, teterías típicas, y de fondo los montes Alborz, dándole un toque muy fotogénico a la ciudad.
El mas antiguo monumento histórico de la ciudad es el Palacio de Golestan, que pertenece a un grupo de edificios reales, entre los cuales hay museos, palacios y salones, utilizados en su mayoría para coronaciones y celebraciones importantes. La construcción que mas me llamó la atención es el llamado Hoze Khaneh, usado en verano, como sistema de refrigeración, empleaba el agua subterránea de los qanats; fue diseñado para que pasara por la mayor cantidad de habitaciones posibles.
No quiero terminar sin decir que Iran no es solo un país con monumentos y restos históricos para visitar, es un país lleno de vida, de gente maravillosa, pacífica, amable y con ganas de una vida tranquila como en cualquier parte del mundo. Es un país que no tiene nada que ver con lo que las potencias nos quieren vender, me voy feliz y con ganas de volver.
gracias a su buena narración y a decir la verdad, espero que le diga bienvenido en Teheran en el futuro cercano