Empezando con buen pie
Pensé que al salir de España tendría algún sentimiento de tristeza o pesar, pues ha sido mi hogar durante mas de once años y las despedidas habían sido bastante emotivas, pero la verdad es que apenas me di cuenta cuando despegamos, estaba agotada y hambrienta, habían sido días intensos de despedidas, nervios y pocas horas de sueño, así que pase las horas del vuelo entre dormitando, hablando y tratando de leer.
Chipre, ha sido todo un descubrimiento para nosotros, pese a que durante los primeros días nos invadió una sensación de frustración por lo que veíamos, pensamos que al dejar Larnaca, los atractivos cambiarían, pero al llegar a Paphos, nos encontramos con mas de lo mismo, con la diferencia que hay mucha infraestructura turística y no la misma cantidad de turistas, así que si a alguien le va mucho ese tipo de vacaciones, esta fantástica isla es perfecta, siempre habrá sitio en la playa, chiringuito disponible y prácticamente los mismos precios que en España.
La cosa fue mejorando considerablemente el día que decidimos adentrarnos a la isla, por las Montañas de Troodos, toda una alegría para la vista, con sus bosques frondosos, sus numerables pueblecitos de algunos cientos de habitantes y lo mas representativo, las iglesias y monasterios bizantinos declarados Patrimonio de la Humanidad.
La mitología griega esta presente en muchos puntos de la isla, el pico mas alto es el monte Olimpo, y a escasos metros del mar en la zona de Polis, se encuentra el baño de Afrodita, que apenas vimos por que estaba anocheciendo, pero días mas tarde un encantador chipriota nos contó la leyenda, que dice, que toda persona con tan solo mojarse las manos y pasárselas por la cara, será bella eternamente, realidad o fantasía nunca pudimos comprobarlo.
El día que partimos a Nicosia, aprovechamos la mañana entre la visita a La Tumba de los reyes, y pasar las horas de calor refrescándonos en la piscina del hotel. La bienvenida a la capital chipriota, además de una enorme bandera turco chipriota en la montaña, que en las noches ilumina como recordatorio constante de quien se encuentra a ese lado de la ciudad, nos la dio un local quien muy amablemente se ofreció llevarnos a la casa de nuestros couchsurfers, cosa que agradecimos en el alma, ya que nos ahorró el andar con mochilas a 40 grados y horas mas tarde nos enseñó la ciudad, con sus callecitas silenciosas, la puerta de Famagusta, los bares atestados de jóvenes y lo que mas nos impactó, los puestos de cruce al lado turco y las diferencias obvias que hay entre uno y otro. Fue en ese momento cuando entendí el por que los Chipriotas se encuentran incómodos e indiferentes al preguntarles por sitios que se encuentran en la zona norte de la isla y si no tienen un buen motivo para cruzar no lo hacen, pero eso, son las consecuencias de las guerras.
Por otro lado esta la gente, servicial, amable que hacen que el viaje nos solo sea geográfico si no interior, dándole una oportunidad mas al género humano.
Luza, te veo feliz, y me alegro un montón, no desperdicies ni un instante de este viaje, disfruta de los sitios y la compañía, te seguiré leyendo, un abracito a nacho.
sara
Adriana: ¡Da gozo ver vuestras sonrisas! 🙂
Interesante lo del interior de la isla y la amabilidad de los chipriotas.
¡Y esto sólo es el comienzo! 😉
Bss y abrazos
Traeme un poquito de esa fantástica agua.. 😛
Cuidate amiga!
Que alegría poder compartir esta mágica aventura, te sigo siempre no dejes de escribir.
los quiero y a mi tmb tráeme esta agua de afrodita, que no te hagas bien que te pusiste !!!
Espero que esa sonrisa los acompañe todo el tiempo
doy gracias a Dios por la gente que los acompaña y los hace sentir bien…..besitos…