Cosas del otro lado del mundo
Las antípodas, el lugar donde las personas están boca abajo, al revés que nosotros. Esa es una de las primeras cosas que te vienen a la cabeza cuando piensas en el otro lado del globo. Después de pasar unos meses por esos lugares, uno se olvida de las bromas fáciles y queda sorprendido por la cantidad de cosas que son verdaderamente diferentes a las de nuestro lado del mundo.
Si en Tailandia me sorprendió ver un cisne negro, me acabé acostumbrando, pues aquí son todos negros, y en algunos lagos pueden estar a cientos. El mundo de las aves tiene más ejemplares peculiares. En Australia puedes escuchar en el campo un sonido similar al disparo de los láseres de “la guerra de las galaxias”. Es un pájaro local. No es el único sonido de la película que es escucha en la naturaleza. Por las mañanas parece que estés rodeados de R2D2, oyendo su “lenguaje” por todos lados. Son los magpie. En Nueva Zelanda te sorprenden los kea, una mezcla de loro y rapaz, con un colorido plumaje bajo las alas, garras fuertes y pico desgarrador, que si te descuidas te dejan sin almuerzo campestre.
Pasando al reino vegetal, la especie más peculiar me pareció la banksia, llamada así en honor al naturalista J. Banks que acompañaba a Cook en sus viajes, y que debió quedarse sorprendido cuando puso sus ojos europeos en la naturaleza de estas tierras. Su flor filamentosa proporciona unos frutos parecidos a almejas incrustadas en una alargada piña aterciopelada. No es la única flor extraña. Las hay que sólo rellenan la mitad de la corola, como si hubiesen sido partidas en dos. Y si nos metemos en el mundo de los hongos, uno puede encontrarse hongos de color azul o amarillo.
La sorpresa fue descubrir que la fruta kiwi no es originaria de Nueva Zelanda. Parece ser que llegó desde el Himalaya Chino con los trabajadores que inmigraron en la fiebre del oro en 1904, y durante muchos años se le conocía como la fruta china. Luego alguien le encontró el parecido con el tímido pájaro local, el kiwi, le cambió el nombre, y se hizo popular en el resto del mundo. Ahora las plantaciones están amenazadas por un nuevo virus italiano, país que de momento llena de kiwis las tiendas locales.
En el mundo marino, las algas pueden llegar a tener tres metros de melena que las olas mecen hasta quedarte hipnotizado. Las arenas de la playa pueden ser finísimas, tanto que chirrían cuando andas sobre ella, o de cantos rodados tan grandes como botellas de butano, como en Mimosa Rocks, en la más que andar por la arena tienes que ir saltando de piedra en piedra.
Los animales terrestres no sorprenden tanto pues ya los has visto en los documentales, aunque siempre emociona verlos en plena naturaleza. El más curioso es el ornitorrinco, que cuando lo mandaron a Europa para que le echaran un vistazo, los expertos de Inglaterra creían que era una broma fabricada juntando trozos de distintos animales. Lo que no me esperaba era ver a los cerdos criados en prados que parecen campamentos. En vez de hacinarlos, en Nueva Zelanda les dejan espacio para moverse y les ponen unas carpas para que se puedan proteger de las inclemencias del tiempo. Para los rebaños de ovejas y vacas, los pastores van en quad o en pick up dirigiendo los perros. ¡Y las grandes haciendas pueden tener su propio helicóptero!
Si miramos al cielo las cosas también son distintas. Aquí el sol se mueve hacia el norte, con lo que puede despistar la orientación del caminante. Por las noches Orión está boca abajo, con el cinturón arriba y el arco abajo, y en vez de osa mayor y menor, la que está siempre es la cruz del sur, que aparece en las banderas de Australia y Nueva Zelanda. La luna no miente. Cuando parece una C, es que está en creciente, invalidando el truquillo para saber la fase lunar.
A veces lo que conocemos no es realmente así. Yo creía que los boomerang eran instrumentos de caza que volvían al lugar de lanzamiento. Esto es verdad a medias. Los boomerang son objetos de caza que se lanzan, pero no están diseñados para volver. Otra cosa es que por hobby se hayan diseñado algunos para que retornen, y que incluso se hagan concursos, pero esa no era la idea original de los maorís.
En los núcleos urbanos, muchas veces no más de dos calles que se cruzan, sorprende que a partir de las 6 las calles estén completamente desiertas. Tal vez tenga que ver que los horarios laborales acaban a las 4 pm, máximo a las 5 (con la excepción de los grandes supermercados). Con esa “vida nocturna” no es de extrañar que las luces de neón estén por aparecer en el mundo rural, y que la tienda multifunción del pueblo anuncie las cosas al pie de la carretera en una pizarra con tiza. Esta tranquilidad hace que haya visto en un pueblo la “calle sin nombre” en el cartel a la entrada. Quizás estén esperando que algún vecino haga algo importante para dedicársela.
Al final te acostumbras a ver a los niños vestidos de uniforme en los colegios, sombrero incluido (aquí el agujero de ozono se toma en serio), o los taxis con artilugios en el techo con luces laterales y cámaras web que casi parecen coches de policía. Te hace gracia que algunos pueblos hagan dibujos alrededor de los huecos de la carretera, para hacerlos visibles de una manera artística a los conductores, en vez de arreglarlos. Pero el colmo de las cosas raras fue la rotonda en Nueva Zelanda a la que llegaban tres carreteras y una vía férrea y todos tenían que cederse el paso. Eso sí que es único.
Aunque cuando de verdad me pareció que estaba viviendo una escena singular fue paseando por un parque cerca de Queestown en Nueva Zelanda. Empecé a reconocer árboles: fresnos, abedules… pero quería asegurarme. Había una señora paseando y le pregunté si conocía esos árboles. Su respuesta fue breve pero concisa: “No hijo, esos son especies exóticas”. Está claro, lo del exotismo y las rarezas, depende del lado del mundo desde el que se mire.
Qué chulo, y q interesante tooooodo 🙂
El mapa mundi es buenísimo 🙂 Aquí siempre hemos visto a Australia y Nueva Zelanda al final del mapa, casi en una esquina por abajo, saliéndose. Y sin embargo así se ve en el centro de todo.
Qué envidia (con significado bueno :)) me dais 🙂
Muchos besos chiquis. Seguid disfrutando y contando…
Os queremos y os echamos de menos.
Muac & requetemuac