Cosas del chino
Una de las principales dificultades del viaje independiente por China es el lenguaje. Si los idiomas reflejan la forma de pensar de la gente que los habla, estamos a años luz de los chinos en ambos aspectos. Y de momento ni google es capaz de arreglarlo en su traductor que normalmente deja a nuestro interlocutor chino con los ojos como platos cuando lee en la pantalla lo que supuestamente le quieres decir.
Gestos tan sencillos como el de comer, que incluso llegaríamos a pensar que es universal, en China se expresa de manera distinta. Una mano hace de cuenco de arroz y los dedos extendidos de la otra hacen de palillos que empujan un imaginario arroz hacia la boca abierta.
Esa forma peculiar de ser ha hecho que personalicen modas que se han extendido por todo el mundo y que aquí tienen una forma particular y única. La plaga de candados que sufren los puentes de las ciudades turísticas europeas tiene una curiosa versión china. La forma del candado tradicional es muy cuadriculada, rígida. Así que por qué no hacer candados del amor, con forma de corazón.
Cuando este desencuentro lo trasladamos a las traducciones de carteles, pensadas para facilitar el viaje al turista, podemos encontrarnos con situaciones verdaderamente surrealistas.
Menos mal que cada vez son más los jóvenes que aprenden inglés y con un poco de suerte podrás encontrar a alguien que te escriba en un papel los caracteres chinos del sitio donde quieres ir, o el producto que quieres comprar, y así solventar el momento crítico. ¿Dónde vendes billetes para Xian?
La primera vez que lees uno de esos carteles de traducción imposible frunces el ceño pensando que tu inglés no está todavía al nivel. La segunda esbozas una media sonrisa viendo la mano del traductor de google, pero a partir de la tercera ya sacas la cámara y empiezas a hacerles fotos. Por ese proceso han ido pasando viajeros durante décadas, y hay páginas web que las recogen desde los años 90.
Cuestión aparte son los problemas de ortografía, alterando letras. Eso puede entrar dentro de lo normal. Es como si me pusieran a mí a componer palabras en hebreo para una imprenta. Todo serían signos raros que no tengo manera de comprobar y de vez en cuando seguro que saldrían aberraciones. Eso no quita para que el resultado sea gracioso a los ojos de los que sí entendemos el idioma.
O que te lleve a pensar… ¿Cómo habrán hecho eso?
En los mercadillos para turistas vengo haciendo seguimiento a una marca en especial, y cuando creo que ya he visto escrito Calvin Klein de todas las maneras posibles, siempre me sigo sorprendiendo con variaciones imposibles.
Imagina que entras al típico sitio donde el menú está escrito en la pared. ¿Qué pides? Al tercer intento por que entiendan las cuatro palabras que has aprendido, seguramente errando el tono, optas por señalar una de las fotos, invocar a tu santo favorito para que no sea serpiente, y si no pica, mejor.
El gobierno chino tiene fama de autoritario. Cuando uno visita la región de Xinjang, con tensiones étnicas cotidianas y seguridad extrema, y se encuentra con un cartel como el de abajo, no sabe si le están informando que es un buen sitio para hacer la foto, o es EL SITIO para hacer la foto, y ni se te ocurra sacar la cámara en otro lado.
Los precios de las habitaciones de los hoteles suelen estar en unos paneles colocados en recepción. ¿Qué será la habitación “o´clock”?
En un parque natural había un panel informativo con un pequeño mapa en el que señalaba la situación de los baños, la oficina de información… y el “departamento de catering”. Toma perífrasis.
En el fuerte de Jiayuguang termina la muralla china, y cuando estás absorto ante semejante monumento un cartel te invita a no llamar con los nudillos a la muralla para protegerla. ¿Será que hace cientos de años ya tenían problemas de calidad en las construcciones y se puede caer? ¿Será que aquí pego la canción de: Pum pum, quién es, abre la muralla?
Los carteles que vienen a continuación siguen siendo un misterio para mí. Si hablas chino y puedes traducirlos te invito a que lo hagas en los comentarios. No hay premio pero me quitarás un peso de encima.