Hace exactamente dos meses que regresé de la vuelta al mundo. La adaptación va poco a poco haciendo su efecto y me voy «normalizando» a la vida en Zaragoza. Quería haber terminado las entradas que me faltan del viaje, pero me cuesta encontrar tiempo para sentarme con sosiego a escribir. La de Ecuador me costó un mes, y la de Colombia está atascada a mitad. Ahora se me pasa el tiempo como si fuera un político metido en campaña, pidiendo el voto para nosvamosdeviaje.com en el concurso de bitácoras. Ésta es la última semana y ya quiero que sea viernes para que se pase. Pero hasta entonces cada voto es oro, así que si te gusta el blog, pincha en la pestaña de «Ayúdanos» y vota por nosotros en el concurso.

Para decorar el post os pongo dos fotos que tomé en Bogotá. Una es de la calle del divorcio, en la Candelaria, y la otra es del sistema de autobuses Transmilenio, que gracias a la riqueza léxica de la lengua española me anunciaba lo que me iba a encontrar cuando llegara a España.

Calle del divorcio

Tipo de pasajeros en el bus de Bogotá