10 septiembre, 2003
Por fin estaba en la mítica estación Yaroslavsky a punto de montarme en el tren 140 con destino a Vladivostok. Eran las doce y media de la noche, una hora un poco inconveniente para salir, pero con la ventaja de que, según el billete, me dejaba a las tres de la tarde en Irkutsk. Allí, […]