7 septiembre, 2003
A pesar del número de trenes nocturnos entre San Petersburgo y Moscú, debe ser que los grupos ocupan todas las camas y con tres días de antelación sólo pude conseguir un asiento. Así que llegué a la capital rusa lloviendo y medio dormido. A pesar de eso la ciudad se encarga enseguida de despertarte con […]