23 noviembre, 2003
Al cruzar la frontera de Tailandia es como si dieras un salto adelante en el tiempo. La sucesión de baches se transforma en autovía, y el ruido del renqueante motor deja paso al tintineo de los móviles, y al susurro del aire acondicionado de los autobuses. En cada calle tienes un «7 eleven».